sábado, 21 de marzo de 2009

Fotos del Trabajo


Aqui me encuentro en Nurenberg tras pronunciar un discurso ante soldados alemanes y seguidores nazis, especialmente sobre el destino de los judíos.

Fotos del Trabajo


Aqui me encuentro en Munich tras la declaracion de la guerra en agosto de 1914

La Secretaria de Hitler

Querido Diario:

Hoy, 10 de abril de 1945, me siento por primera vez en mi vida capaz de confesar todo lo que he vivido. Guardando múltiples secretos durante años, esperando el primer momento en el que escribir unas palabras contándolos, pero sin sentirme capaz. Hoy me veo con la capacidad de hacerlo, mi fin y el de mi lucha se acerca, por mas que mis fieles no lo quieran reconocer, se que lo que durante años he construido, se ha desmoronado por completo, y si aun queda algo, no tardara en hacerlo. Llevándose así consigo mi vida y todo lo que he conseguido.

Tal parece que mi vida paso volando. Recuerdo todos los momentos de ellas como si los hubiera vivido ayer. Jugando y brincando de aquí para allá con mis cinco hermanos. Mis primeras participaciones en movimientos políticos, como en 1919 cuando empecé a formar parte del Partido Obrero Alemán como infiltrado de la policía. Mi tiempo completo se lo dedicaba a las actividades en este partido.

Un año más tarde, en 1920, adoptamos la esvástica como símbolo en los movimientos nacionalistas alemanes. Por lo cual vimos apropiado también el uso de esta como símbolo de la raza dominante, la aria.

Son muchas cosas las que recuerdo, como entre otras la fundación de la Tercera Internacional en marzo de ese mismo año, queriendo establecer el comunismo en todo el mundo. Que idea tan patética, dios mió, mientras existí no deje que estas propuestas de gobierno mediocre como lo es el comunista, llegaran a mi patria. Tome múltiples medidas en cuanto a todos aquellos que se atrevían a desafiarme introduciendo movimientos de esa calaña aquí, por supuesto clandestinos. Estas ratas deberían ser aplastadas, escondidas en su ratonera, y que así le quedara claro a todos y al resto del mundo, que Alemania no era socialista ni liberal, sino simple y absolutamente nazi.

Pasado otro año, en 1921, ya me consideraban como un gran orador, hablando frente a muchedumbres cada vez más extensas. Gané mucha notoriedad fuera del partido por mis discursos, donde atacaba el Tratado de Versalles, a políticos, todos los grupos rivales y sobre todas las cosas a los insignificantes judíos, haciendo entender al pueblo que había que exterminarlos de una vez por todas y a como diera lugar. Daba igual las medidas a tomar. Debían ser extinguidos, como lo fueron los dinosaurios, pero no ésta vez por la nieve, sino por la raza dominante, que como en tiempos de Napoleón, exterminaba a la inferior.

Cada año iba adquiriendo más experiencia y fuerza en el mundo de la política, hasta que en 1923 intente junto con otros dirigentes un golpe de estado en Munich, por lo cual me condenaron a prisión, junto con mas dirigentes, como Rudolf Hess, del cual años después me arrepentiría de conocer, al sentirme traicionado tras acudir este a Gran Bretaña en busca de un pacto, cosa que no tolero de nadie, y menos de gente de mi confianza. Bien merecido se tuvo que lo dejaran retenido allá, por haber traicionado a su patria.

Dictaminaron mi estancia en la cárcel que constaba de 5 años, de los cuales apenas cumplí 1 de ellos y donde me dedique a redactar mi autobiografía y mis teorías, que apoyado de Henry Ford, al igual que el, afirmaba que el judío internacional era el principal problema en el mundo, el que hacia que nuestra raza no evolucionara, al igual que gitanos, negros, etc.…. Este libro correspondió a todo lo que se llevaría a cabo por mi parte y la de mi gobierno durante la Segunda Guerra Mundial por Alemania, aquí exponía todas mis ideas en mente, y mis propuestas de gobierno para lograr que la Alemania que muchos no conocían, estuviera en boca de todos en muy poco tiempo. Este lo publico la editorial Secker and Warburg el 18 de julio de 1925.

En 1931 se celebraron las esperadas olimpiadas, las cuales las protagonizo y se encargo de darlas a conocer en todo el mundo mi amigo intimo Goebbels, que como muy pocos, no me traicionaron y me fueron fieles a pesar de todo, de mis errores, de mis decisiones; el ha sido el hermano que nunca tuve a mi lado; y su esposa, ejemplo de madre alemana, que junto con el representan el modelo y la perfección de la raza aria. Con sede en la capital alemana de Berlín, estas olimpiadas sirvieron para que el mundo conociera la magnitud de la nueva Alemania que renacía de sus cenizas, tras el fracaso en la Primera Guerra Mundial, por así decirlo. Aquí aproveche para demostrar a todo el mundo la superioridad de la raza perfecta, al arrasar en prácticamente todas las competiciones, excepto en la carrera rápida, donde se llevo la victoria un insignificante negro, que nadie supo nunca lo que tuvo que tomar para ganar dicho evento. Era prácticamente imposible que esto hubiera ocurrido. Si no hubiera sido por mi contención, nada me hubiera impedido bajar a la ceremonia de entrega de medallas y quitarle la vida a ese desgraciado. Era una mancha en esas olimpiadas, el único “pero” que hubo en la competición, el único fallo y por si fuera poco, la única barbaridad sin mi consentimiento cometida en mi país. Me costo cierto tiempo para asimilar este hecho, pero las alegrías que me esperaban me ayudaron a superarlo y, por decirlo de alguna manera, a vengarme de aquel inimaginable suceso.

En 1933 se produjo un incendio que me impulso a mi y a los nacionalistas a tomar el poder. Si no recuerdo mal, este comenzó en la noche, pasadas las 21 horas donde el edificio comenzó a arder. Todos creyeron que el principal causante fueron los comunistas, al encontrar a uno de sus principales ex lideres en el sitio de los hechos in fraganti. De esta manera así yo y mi lugarteniente y comandante de la fuerza aérea alemana conseguimos culpar a estos, mandando así a arrestar a todos los dirigentes de este partido existentes en la ciudad de Berlín.

El 30 de enero de 1933, Alemania era un débil e inestable gobierno a punto del colapso, a causa de las continuas revueltas, por lo cual aproveche declarando el estado de emergencia tras el suceso de la quema del Reichstag para obligar a Hindenburg, ya anciano y que estaba al frente del gobierno alemán en aquel entonces y dirigiendo la republica de Weimar, y del cual tomaron su nombre para la inauguración de unos de los zeppelines mas importantes de la historia, que por lastima sufrió un aparatoso accidente en territorio norteamericano, cobrándose la vida de 35 personas. El presidente de dicha republica se vio obligado a pactar conmigo, subiendo así yo al poder al nombrarme canciller alemán. Resolví aquellas elecciones, las cuales estuvieron sometidas bajo una enorme propaganda nazi. En este mismo año, junto con Japón, fuimos expulsados de la Sociedad de Naciones, uniéndonos poco después para comenzar la extensión del eje por toda Europa y Asia. Mi ascenso al poder me llevo a tomar ciertas medidas también contra algunas personalidades que chocaban conmigo. Un ejemplo claro de ellos es Thomas Mann. Escritor que iba totalmente en contra de mis ideales, y por lo tanto sobraba aquí. Si no se hubiera exiliado tendría que haber tomado medidas severas, quizá la cárcel, quizá la muerte. Lo que si tengo absolutamente claro es que nadie andará por ahí en mi contra, y quien lo haga, lo pagara con su vida.

En 1934 llevamos a cabo la operación mayor conocida como Operación Colibrí, la cual tuvo lugar durante 3 días, y en el que efectuamos varias ejecuciones de carácter político, en el que pretendíamos apoderarnos de todas las estructuras del estado, donde muchos de los asesinados pertenecían a la SA, quedando así prácticamente debilitada y apartada por completo de la organización paramilitar nazi, quedando así al frente la SS, y a su mando el comandante en jefe Himmler, que mas tarde se proclamaría Ministro del Interior al igual que Comandante de los ejércitos del Rin durante el sitio de Berlín. De esta figura puedo decir que hizo mucho por Alemania, como entre otras cosas busco por todo el mundo el ansiado Santo Grial, que todos decían que el que lo tuviera en su poder ganaría la eternidad, y nada era tan apreciado en esos momentos de guerras y conflictos. Todos pensábamos que si esto llegaba al poder de Alemania nadie nos frenaría en nuestros propósitos de conquistar y extendernos por el mundo.

Un año después, en 1935, en la ciudad de Nuremberg fueron dictaminadas unas leyes, que pienso que deberían haberse seguido como ejemplo de constitución para el resto del mundo, donde se sobreponía en antisemitismo en su totalidad. Las leyes fueron aprobadas por unanimidad total en el séptimo congreso anual del NSDAP, que era nuestro partido nazi. Dichas concentraciones hacían gran publicidad al régimen de la Alemania nazi, logrando reunir alrededor de 500.000 miembros del partido Nazi en todo el tiempo que duraron dichos mítines. Pudimos recuperar el Sarre, estado que junto con otros tuvimos que ceder tras la Primera Guerra Mundial, para reparaciones de guerra enemigas, entre otras cosas. Italia, que ya formaba parte del eje al igual que Japón, logro invadir en este tiempo también a Etiopia, y de este modo la tomo bajo su poder.

En 1936 comenzó la guerra civil de España, donde junto con mi amigo Mussolini apoyamos al dirigente Franco, para que la acabara así 3 años después con el ascenso de este al poder, y ayudándonos, sin entrar, en el conflicto que tenia lugar en ese momento, donde sí estábamos nosotros. Meses después firmamos un pacto junto con Italia y Japón, donde aislábamos la Tercera Internacional, o lo que es lo mismo Komintern de nuestros gobiernos, a lo que se debe el nombre que tomo dicho pacto de “Pacto Antikomintern”. Íbamos poniéndonos de acuerdo en cuanto a nuestras ideologías.

Unos años después, en 1938 precisamente, Austria se anexiono a nosotros, gracias a la política de apaciguamiento que mantenían las potencias enemigas hacia mi, pero ellos no sabían que esto le costaría vidas. ¿Acaso no saben que a una fiera no se le puede dar carne de su mano porque te muerde? Pues eso mismo pasa conmigo, si me dan terreno, quiero el país, cosa que ellos ignoraban. Dicho Anschluss fue defendido por social-demócratas austriacos.

Ese mismo año, tuvo lugar también la anexión alemana de los Sudetes, que tuvo lugar por un simple motivo, la solución de conflictos étnicos. Esta crisis tuvo cesión en los acuerdos de Munich ese mismo año, acuerdos que fueron aprobados y firmados por los jefes de los gobiernos de Reino Unido, Italia, Francia y por supuesto nosotros. Por mediación de mi amigo Mussolini y por iniciativa de Göring, Chamberlain y su homólogo francés aprobaron la incorporación de los Sudetes que pertenecían a Checoslovaquia a Alemania, ya que la mayoría de sus habitantes hablaba alemán y era mas que lógico.

A finales del 38, tanto aquí como en territorio austriaco, di la orden de que los miembros de la SS organizaran una revuelta contra los ciudadanos judíos, arrestando a miles de ellos y destruyendo sus negocios que para nada los tenían, llamado la Noche de los Cristales Rotos, cobrándose la muerte de mas de 50 indeseables, y mandando a mas de 30.000 a la cual debería haber sido su casa desde siempre, los campos de concentración. Este fue el inicio de la esperada por mi, y también por toda mi raza de la Solución Final, que paso por procesos como el traslado de todos los judíos a los guettos, luego a campos de concentración y por ultimo, y el que mas disfrute, los campos de exterminio, en los cuales destacan el Treblinka, y sobre todo el de Auschwitz, que aunque en territorio polaco y junto con muchos mas, libraron a Europa de mas de 6 millones de judíos y gitanos, sin quitar tampoco a Odessa, que cumplían la misma función, pero haciéndolos sufrir aun mas, fusilándolos desnudos como lo que en verdad son, animales.

En marzo del 39 ocupamos toda Checoslovaquia y en agosto firmamos un pacto secreto con la URSS, estableciendo además el reparto de Polonia entre los dos. Un mes mas tarde invadimos Polonia junto con la URSS y las potencias aliadas, Francia y Gran Bretaña, nos declararon la guerra. Tras esta declaración, poco tiempo después invadimos exitosamente Dinamarca y Noruega, ampliando así nuestro Imperio, el que ya tenia nombre de III Reich, por el que todos ya lo conocían, y la Alemania pasiva de Hindenburg quedaba atrás, para dar paso a la Alemania temida de Hitler.

Un mes después invadimos Francia, dejándola completamente devastada en poco menos de 2 meses, y quedando así dividida en dos partes, la ocupada y la Francia de Vichy, siendo así la ocupada territorio alemán por completo, y la de Vichy algo mas de lo mismo, ya que aunque se conservaba algunas instituciones francesas, su dirigente Petain colaboraba directamente con nosotros y nos brindaba ayuda y apoyo en la guerra; aunque también me dieron a conocer que quedo una parte de la Francia libre, dirigida por de Gaulle, que se exilio a Inglaterra, donde mas tarde apoyaría a esta ya que era la única que resistía a nuestra presión y ataque en aquel momento. A la derrota total de Francia también sumamos la de Luxemburgo, Bélgica y Holanda, que no resistieron a nuestras fuerzas militares devastadoras. Tras esta importante victoria, logramos anexionarnos los territorios franceses de Alsacia y Lorena, que estos habían recuperado tras la Primera Guerra Mundial, pero que les volvimos a arrebatar sin estos poder hacer nada al respecto.

En ese mismo año, Italia invadió Egipto, pero aun así teniendo que recurrir nosotros en su ayuda, como en múltiples casos, ocasionándonos problemas cada cierto tiempo, y obligándonos a enviar fuerzas en su rescate, dejando un poco inestable nuestro frente y retaguardia, en beneficio de los enemigos que nos asechaban.

Poco después intentamos invadir Gran Bretaña, encontrándonos con un gran aguante de la potencia enemiga, obligándonos a usar toda nuestra fuerza aérea contra ella, la Luftwaffe, que dirigida por Göring, no pudo contra la RAF británica. Esta era la única manera de poder ocupar el territorio de Inglaterra, ya que no podíamos efectuar un desembarco sin tener el total control sobre el aire, si lo hubiéramos hecho, la perdida de vidas y recursos militares hubiera sido aun mayor, hubiera sido una lucha contra lo adverso, en toda su totalidad. Así entonces Gran Bretaña soporto nuestro intensivo ataque, y ya éramos pocos contra demasiados, poco a poco nuestros medios se agotaban, y poco a poco luchábamos ya contra lo imposible, la victoria total. Cada vez estábamos más cerca de la derrota.

En el 41, lo que Stalin no se imaginaba es que se rompería el pacto secreto que en cierto día se firmo, donde también constaba que no los atacaríamos. Así entonces lo rompimos y atacamos a la Unión Soviética, avanzando sin parar y ganando territorios. Este ataque por nuestra parte los obligo a entrar en la guerra de parte de los aliados y dejándonos en cierta desventaja por la dimensión y envergadura de su ejército, eso sin contar las inmensas extensiones en el continente que ocupaba su gobierno comunista. Desde septiembre habíamos estado bombardeando bajo mi orden y de forma constante a la ciudad soviética de Leningrado, privándola de suministros y obligándolos a subsistir de la manera más miserable que pueda existir. Hasta que la URSS no se rindiera completamente no pensaríamos abandonar nuestra posición, y esta ciudad seguiría bajo la situación decrepitosa mediante la cual había estado sometida hasta ese momento. No paramos hasta principios del 44, cuando ya las muertes sobrepasaban el millón y medio de personas, las cuales 2 tercios eran civiles.

Este año fue uno de los más felices de mi vida. Mi viejo amigo Martin Bormann me hizo un maravilloso regalo, un perro, o mejor dicho, una perra. Me ha acompañado desde entonces y ha sido mi más fiel amigo. Por algo dicen que es el mejor amigo del hombre. Me ha escuchado asentando siempre con la cabeza todo lo que le he dicho, siempre esta atento a nuestras conversaciones, y siempre me hace caso. Ahora mismo se encuentra a mi lado, acariciándome la pierna y deseando que juegue con el, pero ya que he comenzado con esto no terminare hasta establecer el punto final de toda mi historia.

Este mismo año me vi obligado a enviar refuerzos nuevamente en ayuda de Italia, que estaban siendo derrotadas en territorios africanos por el ejército ingles. Esta fuerza militar que apoyo a las tropas italianas tomaba el nombre de DAK, abreviaturas de la Deutsches Afrika Korps, que dirigida por el general Rommel, que tuvo una brillante actuación ante la minoría de su ejercito contra el británico, llenándome así de orgullo, pero poco después volviéndomelo a quitar tras su derrota en Alamein por el general británico Montgomery un año después.

Otras de las cosas que nos chocaba de Italia, era la existencia de un papa. Aunque yo y muchos miembros de la SS éramos católicos, considerábamos que el poder de un cura sobre la población era muy fuerte, y por lo tanto, un obstáculo para la extensión de nuestra ideología nazi. Por esto, el papa existente en aquel momento, Pío XII, sufrió la devastación nazi de Polonia, donde la Iglesia Católica fuertemente nacionalista fue atacada, acabando con ella y las personas que la dirigían. Esto no impidió que el papa siguiera reclamando que no beberíamos hacer sufrir a los judíos por no pertenecer a la raza aria, lo que chocaba de forma incesante conmigo.

En diciembre el emperador Hirohito cometió una gran tontería, que si no teníamos suficiente con la incorporación de la URSS a la guerra, ahora si estaríamos completamente descompensados con la incorporación de Estados Unidos al bando de los aliados. Japón ataco insensatamente a su importante complejo portuario y base militar en Hawai, que tomaba el nombre de Pearl Harbor, con el objetivo de neutralizar la flota enemiga por un período largo y así ocupar las colonias occidentales en el sudeste de Asia. Entonces, una vez debilitado Estados Unidos en el aspecto militar, Japón buscaría negociar la paz con condiciones favorables. Japón quería evitar una guerra larga y, a pesar de que salio victorioso en este ataque, no pudo lograr la victoria definitiva. Roosevelt no se quedaría con los brazos cruzados para nada.

Pasado un tiempo comenzamos a sufrir derrotas en África, perdiendo las colonias británicas y francesas que en un tiempo habíamos tomado, y por si fuera poco fuimos completamente frenados en nuestro avance desmedido por conseguir terrenos soviéticos en Stalingrado, comenzando así estos a recuperar los territorios perdidos que se encontraban bajo nuestro poder.

En el 43 Mussolini se vio obligado a crear un nuevo Estado en el norte de Italia, al verse con la soga al cuello tras la toma de el resto de Italia por el bando enemigo. Dicho Estado, con el nombre de Republica de Saló, quedó ocupado directamente por la Wehrmacht hasta el día de hoy. Ya no se podía hacer mas nada, era inevitable el avance de las potencias enemigas por todos los frentes.

No se que pude hacer mal, que error pude cometer, pero a partir de este instante, la Alemania que en un día todos temieron, comenzó a desvanecerse lentamente.

Mes tras mes los soviéticos continuaban avanzando sin contención, nada ni nadie los podía parar, hasta que en junio de 1944, las potencias enemigas invadieron nuestro territorio ocupado y bajo nuestro poder, situado en el suroeste de Francia, desembarcando un ejercito de gran envergadura por la zona de Normandía, con el propósito de liberar Francia y acabar por completo con nosotros. El inmenso ejercito compuesto por británicos y estadounidenses, y también por los soviéticos en el oeste, arrasaron con el nuestro, apoyados por refuerzos aéreos y más de 250.000 hombres que desembarcaron en un solo día junto con 50.000 vehículos. Pero esa cifra se quedaba insignificante ante los 3 millones de solados que desembarcaron en total hasta el 25 de agosto, día en que efectuaron la liberación de Paris, ocupada hasta ese día por mis hombres.

Un mes mas tarde, sufrí un intento de asesinato, un atentado. Ese día, yo junto con mis personas de máxima confianza, nos reunimos en el cuartel de la Guarida del Lobo. Mi suerte fue el inmenso calor que hacia ese día, el cual nos obligo a reunirnos en una cabaña y no en el bunker que teníamos pensado efectuar la reunión. El coronel von Stauffenberg, junto con otros dirigentes militares, habían planeado un atentado, el cual constaba en poner unos explosivos en la sala donde se efectuaría el encuentro, y hacer volar todo el bunker donde nos encontrábamos. La suerte jugo a mi favor, porque además de no efectuar la reunión en el bunker, solo le dio tiempo a poner uno de los explosivos, ya que si hubiera puesto los dos, ahora no estaría contándolo. Ante este hecho tome estrictas medidas, asesinando, de manera obvia, a estos traidores que pisotearon la confianza que había depositado en ellos de forma absoluta.

Maldigo la hora en que me alié con estos entupidos japoneses. Si no hubieran metido sus narices ni hubieran involucrado a Estados Unidos en la guerra, todo alo mejor hubiera sido diferente. Por esta causa los norteamericanos decidieron ayudar a Gran Bretaña. A ellos no les interesaba para nada este conflicto, era cosa de Europa y Asia, de nadie más. Debido a esto el inmenso ejercito compuesto por británicos y estadounidenses, y también por los soviéticos en el oeste, arrasaron con el nuestro, apoyados por refuerzos aéreos y más de 250.000 hombres que desembarcaron en un solo día junto con 50.000 vehículos. Pero esa cifra se quedaba insignificante ante los 3 millones de solados que desembarcaron en total hasta el 25 de agosto, día en que efectuaron la liberación de Paris, ocupada hasta ese día por mis hombres.

Quien pensaría que la Francia que derrotamos en poco tiempo, nos pagaría con la misma moneda. Pero no pienso aflojar, mi objetivo sigue siendo el mismo, mientras viva luchare ante todo y todos para que el nazismo se extienda en todo el mundo, para que mi bandera ondee en todos los países, y para que todos respondan ante el saludo de ¡Heil Hitler! Si una cosa tengo clara es esa, nadie me frenará, y menos ahora. Es todo o nada, y no me resigno a quedarme sin nada, lo quiero todo.

Tras años intentando la invención de algún arma potente para hacer daño al enemigo, nos vino a surgir ya demasiado tarde. El lanzamiento de cohetes V2 desde costas francesas a Londres de nada sirvió. Ni esto pudo cambiar el curso de la guerra que cada vez se desviaba más a favor del bando aliado.

El 11 de febrero, se han reunido Stalin, Churchill y Roosevelt en Yalta, que al parecer han decidido ya el fin de nuestra nación, y dos días mas tarde ha llegado la venganza prometida por Stalin, la cual consistió en 4 bombardeos consecutivos sobre la ciudad de Dresde, dejándola en ruinas completamente y causando la muerte de mas de 350.000 habitantes.

Tras largos meses evitando lo inevitable, el fin se acerca y recuerdo mi vida como si fuera una especie de flash back. Los inolvidables momentos que viví con mi amante Eva Braun, los territorios que logre tener bajo mi poder, la gente que sometí a mi gobierno nazi; todo se ve destruido. Ya nada es lo que era.

Hoy, día 29 de abril, me he casado con mi esposa, uniendo nuestros lasos hasta nuestra cercana muerte. Prefiero morir que vivir dominado por los que un día domine. Mi esposa me acompañara en esta decisión, y muchos de mis fieles, aunque no lo desee, se que también lo harán, porque para ellos la perdida del Führer, de su Führer, yo, es perder todo cuanto tienen en la vida.

Escribiendo mis últimas líneas, puedo oler el final. Los explosivos no dejan de caer encima del bunker en los cuales nos encontramos refugiados en este momento.

Ya no quiero seguir viendo como todo se desmorona. Hace dos días me han informado de la espeluznante muerte de mi compañero Benito Mussolini, siendo colgado junto a su mujer. Yo no quiero correr con esa misma suerte, por eso he decidido suicidarme junto con mi esposa y mi fiel amigo Blondi y he ordenado nuestra incineración después para la imposibilidad a la hora de encontrar nuestros restos. Hitler y su Alemania quedara en la memoria de todos, me conformo con quedar en alma, no en cuerpo.

Ya me he despedido de todos. Cómo esperaba nadie quiere que efectué lo que tengo pensado hacer, pero ya no hay otra alternativa. Le he agradecido a todos su fidelidad durante todos estos años, y les he dejado claro que para mi ha sido un honor estar junto a ellos durante todo este tiempo. Ya no queda nada por lo que luchar. Es ir en contra del viento. Solo me llevo una cosa conmigo, y es que todos estos años dedicados al nazismo han valido la pena, y no me arrepiento absolutamente de nada, solo tengo claro que Alemania fue, es y seguirá siendo la Alemania que un día llego a gobernar a todos, la Alemania nazi de Hitler.

lunes, 2 de marzo de 2009

FOTOLOG


Aquí me encuentro con mi amigo Benito Mussolini en un desfile en Munich en junio de 1940.

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